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2 abril, 2020Nos enfrentamos a un amplio periodo de confinamiento en nuestros hogares donde deberemos convivir y compartir nuestras tareas cotidianas diarias y laborales con nuestras familias y nuestras parejas. Si bien, siempre es importante establecer y prefijar nuestras actividades, ahora este aspecto se convierte en algo esencial.
Al momento de trabajar intentamos hacer todo lo posible por ser productivos en nuestro día a día, y muchas veces no lo logramos. Sin embargo, un buen manejo y administración del tiempo es la solución para ejecutar organizadamente las actividades tanto profesionales como personales.
El manejo del tiempo consiste en organizar, planificar y programar tus días, semanas o meses con el objetivo de generar un trabajo efectivo y aumentar la productividad.
Te presentamos algunos consejos para manejar el tiempo correctamente:
- Establece objetivos claros.
Define dos aspectos muy importantes: diseñar una línea de tiempo y establecer objetivos. Si bien el diseño de una línea de tiempo te dará una idea de cuánto tiempo te llevará alcanzar lo que buscas, el hecho de establecer tus objetivos te permitirá concentrar tu energía en lo que realmente quieres lograr. Estas dos acciones te harán más productivo y te permitirán planificar tu tiempo de manera eficaz. Piensa paralelamente en tus en tus planes y objetivos a largo plazo, así como en tu organigrama a corto plazo. Dedica media hora de tu rutina matinal para repasar tus tareas diarias. - Establece prioridades.
Una de las formas más eficaces de mantenerte enfocado en lograr tus objetivos es priorizar. Saber cómo darles jerarquía a tus tareas afecta el tiempo que pasa en hacerlas y tu éxito general. Comienza creando una lista de tareas pendientes que tienes que hacer y asegúrate de ordenarlas de acuerdo al esfuerzo que te llevarán. Es hora de empezar a planificar tu tiempo de forma responsable. Al crear una lista, mejorará la visualización de tus objetivos y así podrás determinar lo que es realmente más importante (o más urgente, que no es necesariamente lo mismo). - Crea una rutina.
Al igual que cuando haces una tabla de ejercicio semanal, cuanto más te acostumbres a tu rutina, más fácil será todo. Crea una rutina diaria que sea funcional para ti y trata de cumplirla con responsabilidad, ármate un plan de tareas que puedas cumplir, que te permita ser más productivo y que lo puedas mantener durante toda la semana. ¡Está comprobado!: tu cuerpo responde naturalmente a la conducta repetitiva. ¡En poco tiempo verás los resultados! - Evita las distracciones.
La vida está llena de distracciones. Tu programa favorito de TV, tu mascota, los mensajes de WhatsApp, Facebook y podríamos seguir mencionando algunas. Pero si quieres hacer bien el trabajo, la planificación es lo que te va a ayudar. Nuestro consejo es que debes convencerte que de que el tiempo programado en el plan está 100% dedicado a hacer el trabajo. Cierren todas las pestañas del navegador, alejen sus teléfonos (y siléncienlos). Hay personas a las que les gusta escuchar música cuando trabajan y hay otras que disfrutan de una sesión de meditación para ayudarse en la concentración. Si trabajas en un espacio público o en casa, es clave hallar un sitio tranquilo donde te sientas cómodo para ponerte a trabajar. - Deja un margen de tiempo entre las tareas.
No se trata de convertirse en una máquina de trabajo. Ninguna exageración es buena. El cerebro humano puede concentrarse durante unos 90 minutos así que es vital dar a tu cuerpo y mente un descanso. Esto es igualmente de importante para la productividad que cumplir la rutina. Puedes estirar las piernas durante 20 minutos, comer algo no muy pesado o acariciar a tu mascota. Da igual. Lo importante es que te tomes un tiempo para ti mismo para permitirte mejorar la concentración. Si te relajas, rindes más. Aprende a identificar cuándo necesitas un descanso. - Valora tus horas de sueño.
El ser humano promedio necesita alrededor de ocho horas de sueño para que su cuerpo y mente funcionen de la mejor forma. Según investigaciones de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania, las personas que tienen hábitos de sueño saludable son más sanas y productivas y están menos estresadas. Lo que ocurre es que cuando trabajas, tu cerebro acumula una gran cantidad de información que recoge a lo largo de su día. Y cuando duermes, el cerebro cambia al modo de procesamiento, tomando toda la información recopilada y organizándola de manera de hallarle algún sentido a todo. ¡Hasta tu mente conoce el valor de la organización! Escucha a tu cuerpo y respeta la cantidad de horas de sueño que necesitas. - Mantente saludable.
Mantener sano tu cuerpo es muy importante para tu bienestar. Consumir demasiado azúcar o sal puede distraerte mucho y causarte antojos de comidas o dulces que terminarán haciendo que te sientas más cansado que energizado. Asegúrate de llevar una dieta saludable con alimentos como frutas, nueces, verduras o granola. Y ya que estamos, si estás comiendo bien, ¿por qué no combinar tu dieta con el ejercicio físico? Ya sea yoga, correr o andar en bicicleta, con 45 minutos al día puedes ayudar a aumentar tu energía, concentración y rendimiento. - Pide sugerencias y opiniones.
Llevas todo el día trabajando en un proyecto, todo fluye, has adelantado mucho trabajo y, de repente, te quedas en blanco y te atascas. Es un buen momento para pensar. Si te centras mucho tiempo en una idea o tarea de la que no estás muy seguro puede tomarte más tiempo del debido en terminarlo. En esos casos, tus amigos servirte de gran ayuda. Pídeles una mano: que te den una segunda opinión y te regalen comentarios constructivos que pongan en la dirección correcta. Aplicar este consejo puede realmente ayudarte en el largo plazo ya que así no recaerás en la misma idea una y otra vez. Uno nunca sabe de dónde puede venir una nueva perspectiva que puede ayudar a resolver una tarea que nos tenía estancados.
- Despídete del desorden.
El orden es una buena lección de vida. Ya seas de los que siempre van con su block de notas o de los que usan el computador para todo, asegúrate de mantener todo ordenado y legible. No pierdas tu valioso tiempo buscando aquel papel donde habías anotado algo importante. Tira lo que no te sirve a la basura, lava tu taza de café y organiza tu escritorio con, por ejemplo, carpetas, divisores y etiquetas. - No te angusties por los fracasos.
A nadie le gusta fallar. Verdad. Ahora, bien, más vale descartar algo que no funciona que insistir en fracasar una y otra vez. Cuanto antes te metas en el trabajo, más pronto sabrás el resultado y esto te evitará penar con incertidumbre por horas. El fracaso es gran parte del éxito ya que nos da la oportunidad de aprender de nuestros errores y nos ayuda a crecer. Si te preocupas, te detienes. Pero a veces lo debes hacer. - Delega.
Tener el control de todo y tener el pensamiento de tener que estar en cada detalle puede provocar ansiedad. Dicho esto, y no importa si odiamos admitirlo, no podemos hacer todo nosotros mismos. Tal vez seas un experto en diferentes cuestiones, pero es genial pedir ayuda en aquellas que no dominas como un campeón. Porque, sí, hay cosas que pueden salir mejor si son realizadas por otros. Así, es clave que consideres delegar. Esto reducirá tu carga de trabajo y te permitirá estar menos estresado y, por consecuencia, más productivo. - Conoce tus límites (¡y aprende a decir que no!)
Todos tenemos un poco de Superman o de Mujer Maravilla dentro, pero aun así es imposible abarcarlo todo. Habrá momentos en que aparece una interesante propuesta de trabajo o un proyecto irresistible, pero por más grande que sea la tentación, es importante saber cuándo decir no. Recuerda que hay ciertos sacrificios que debes hacer si deseas alcanzar tus objetivos. Entre ellos, rechazar opciones de vez en cuando también cuenta.
Tomado de: https://es.wix.com/blog/